lunes, 21 de diciembre de 2009

Juicios y sentencias



Me cobijo en la ironía más extremista, a pesar de que los extremos siempre visten de fatalismo.

Camino por las calles luchando contra los fantasmas de cantos melancólicos y consejos funestos. Al mismo tiempo invoco a las palabras ácidas para que me defiendan de mi misma. Fracaso, esa es la palabra, fracaso e impotencia.

Me desquicié, me entretengo viendo todo lo quedó
arrasado, con esperanzas nutro,algún día volverán a repoblarse. ¡Oh! esperanzas ¡qué hermosas!, ¡!, ¿qué esperanzas? ,aquellas que van de mano de la sinceridad de las sonrisas o las que acechan, te acarician y en el abrazo te apuñalan.

Yo y una larga explanada arrasada, al final , unos frondosos árboles y flores que dejan su aliento cerca de mí, pero entre medio hay mucho que hacer y frente a tanto trabajo el silencio es padre de la impotencia.
Sobre-vivir.

¡Qué narices!, Yo siempre creí en los cuentos y nunca aparté la mirada a los sentimientos, ¿y?.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

De caídas y otros cuentos.


La imagen pertenece a Paula Marco


Llovió, me encanta-ba la lluvia, el frío caer, el tierno olor..., ahora es vacío.
La lluvia sigue cayendo pero cargada de agonías sin plastificar. Mi pelo se moja, nadie sabe si es lluvia o son lágrimas , me camuflo pero mi alma está al descubierto.
Pequeñas luces muestran la realidad desnuda de mi cuerpo que camina por los mismos lugares que caminó, entonces sincero y sonriente, ahora sangrando y estúpido.

Y se escucha entre la lluvia:
- No escucharás.

Y mi duermevela se convierte en supervivencia que nerviosa observa el rígido caer de las gotas y confía en que volverán a ser irregulares, volverán a caer con amplia libertad, llenas de armonía.
Pero duda, retrocede y se dio cuenta de que ha llegado la hora de despojarse , ¿una última qué...?, se engaña.

Con los ojos bien abiertos y con los párpados cerrados ,continuar no es una decisión, es supervivencia.

Me gusta ser humana a pesar de lo caro que anda el mundo.

lunes, 7 de diciembre de 2009

En cada esquina- III


Después de tres días en casa sin saber qué hacer ,se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo ocultándose, ocultando quien era y que sentía. Por ello reaccionó ante toda la magia de la vida que a cada esquina le acechaba.

Salió de casa siendo ella, perdió amigos ,ganó otros, rió, lloró, gritó... ,después de tanto tiempo, había resucitado: estaba viva.
Cada día era una mezcla de sentimientos, a veces buenos ,otras no tanto, pero eso era lo menos importante, ahora sentía la vida... , y no siempre le era positiva pero eso le daba igual, después de tanta represión la libertad de sentir lo superaba todo.

Todas y cada una de sus noches las dedicaba a viajar, a conversar con hadas y luces sin rostro, cada noche volaba por encima de las luces apagadas de las frustradas farolas.

Las cosas funcionaban y llegó el pero...

Eran las doce y media, todos dormían, había sido un día pésimo y el único bálsamo que le quedaba era la magia que surgía de su habitación cada noche, pero que aquel día tampoco aparecía.

Se asomó por la ventana y le pareció ver en la esquina de su calle aquella extraña luz verde que un día reinó bajo su cama. Salió corriendo de casa con el fin de iniciar una persecución, pero en cada esquina que giraba la luz alcanzaba más velocidad y ella se perdía entre la ciudad teñida de luces engañosas.

Así pues cuando creyó alcanzarla notó bajo sus pies un terrible aire frío y comenzó a descender precipitadamente, la luz verde se desmembró en pequeños seres de luz que intentaron ayudarla a ascender pero no lo lograron. Quizá era tarde, no lo creo, pero lo cierto es que ella quedó en el suelo teñido, frío y solitario. Los pequeños seres ,intentaron maquillar de verde la escena pero para esto si que era tarde , aunque solamente lo digo yo, que lo observé todo desde una esquina, desde la fría 3ª persona.

Fin es un término muy subjetivo.

La imagen pertenece a Krista Huot
 
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