sábado, 27 de febrero de 2010

El conillet, jo llegia...

El silencio no me deja dormir...,
las mariposas entonan cantos fríos,
la hipocresia es ahora el cariño.

Bajo las percepciones pigmentadas,
bajo los colmillos de gigantes,
algún gesto, alguna señal...,
débiles.

Los relojes vitales se derivan,
hacia el egoismo,
el tic-tac es una llamada persistente:
-¡Descompasados al compás!


¿Qué fue del conejo blanco, campeón mundial en baldosas amarillas?

domingo, 14 de febrero de 2010

Demasiado silencio.



Recuerdo el caminar tembloroso,
los globos cegados por el brillo,
la disposición magistral del miedo astral.

Siento la rabia de un niño,
el sentimiento idiota,
y el sístole, diástole nutrido de ansiedad.

Leo y escucho a la soledad,
al innombrable sentimiento,
a la desesperación incontrolable.

Al dormir dudo,
¿qué es verdad ,¿qué es mentira?,
¿filosofía? o más bien ¿cuento popular?

Secreto, el corazón se expande una vez pero se contrae dos.


La obra de teatro salió a la perfección, de ahí esa foto tan plateada de nosotras, feliz año nuevo chino.

lunes, 1 de febrero de 2010

Nyu...


Va a empezar la función
¿De verdad prohibe a mis ojos a mirar atrás? Está bien.

Resignada dejo a los focos quemar todos los viajes por el tiempo, se me ha olvidado el diálogo, como a menudo, pero surgen palabras de mi boca, no sé si de dolor o de gozo, soy incapaz de oírme. El público se ríe de mí, eran de dolor, continuo pero el telón-le echaré la culpa al destino que es sencillo- se derrumba sobre mí, el público se alza en un gran alboroto de aplausos, chillidos y algún que otro bravo...Se vacía la sala y los focos dejan de iluminar la tragicomedia -"tragi" para mí comedia para el resto-. El telón a penas me deja respirar, es un universo de matices rojos y alambres espinosos, parece una rosa.

Me libero con algunas magulladuras y un reloj de cu-cu-están de moda- con forma de flecha cae sobre mis manos y como objeto inerte e impertinente dice que ya es tarde... ¿tarde para qué?, que tonto, me compadezco, hace tanto que le dí la espalda a todas las agujas y literalmente, las llevo todas clavaditas, una en cada vertebra.

Hace algún tiempo que me duele la espalda, hace tiempo que fingí que no.
 
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