Vi desvanecerse al mundo y me dieron media vuelta.
Vi la decepción en sus rostros y las lágrimas en el mío.
Vi las balas y me eché a correr, pero no di ni un paso, todas me alcanzaron.
Vi su veneno infectándome y yo soy una escéptica de la desintoxicación.
Vi la decepción en sus rostros y las lágrimas en el mío.
Vi las balas y me eché a correr, pero no di ni un paso, todas me alcanzaron.
Vi su veneno infectándome y yo soy una escéptica de la desintoxicación.
La mayor ironía es que soy ciega de los ojos esos que dicen ver con claridad.
3 comentarios:
A veces es bueno no dejarse arrastrar por la presunta realidad que nos dibujan nuestros ojos. El escepticismo es una prudente posición ante los vertiginosos devbenires de la vida.
Un abrazo.
No creo que se pueda ser ciega con unos ojos tan bonitos.
Esther, te digo lo de siempre; hay que seguir luchando; no hay que desfallecer; estoy seguro de que al final conseguiremos cambiar este mundo para hacerlo mejor.
Esther, con que me avises de que la has cogido, para poder verla, puedes utilizar todas las fotos que quieras.
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