Hay cosas que poco a poco se revelan, sin condición no es sinónimo de incondicional. Esta fatal confusión nos conduce a la deriva. Somos como los continentes, del Pangea a la separación y después..., sólo queda el vagar-que no es poco-.
Después de la calamidad queda observar, observar nuestra capacidad acíclica que nos conduce- al final- a la continua y desagradable rotación. Nadie dijo que tras el echar uno ve la resta, eso sólo se ve desde fuera, desde dentro el mareo los hace ciegos.
4 comentarios:
He ahí la resta
El corazón, a veces, se confunde con la mente. Nuestros pensamientos se tornan emociones, y entonces parece que el mundo flota. A mí me gusta flotar.
Besos.
No te cansarás nunca de dejarme sin palabras, Esther?
Me gusta tu blog. Veo que llevas tiempo con él. Escibes bien para tener dieciséis. Te invito a que te pases por mío.
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