viernes, 13 de junio de 2008

Soledad poblada...

Estaba tan sola, llorando, ¿dónde estaba el mundo?Miles de pensamientos tristes poblaban su mente, no sabía que hacer, hacia donde mirar, no quería seguir ningún camino, quería crear el suyo, pero no sola. Y que más daban aquellas reflexiones estúpidas, si en realidad en la sala no había nadie con quien compartirlas.

Una vez pasadas las horas harta de estar allí, se levantó. Se acercó a la blanca pared y con la intención de poblar aquel lugar de color, navegó por la ciudad, consiguió algunas pinturas, y volvió.
Regresó a pintar la soledad,se armó con pincel y cubeta, y decidió cambiarle el color las cosas.
Comenzó sola, pero pronto alguien la vio desde la calle, y se embarcó a dar color, otro alguien los vio... hasta que la soledad se pobló de gente, que decidieron, que a todo se le podía cambiar el color.



¿Pensamiento positivo?,acabados los exámenes a nada de irnos de viaje a Lugo, y con todo aprobado, me falta más alegría. A veces me gustaría ser menos sensible en este sentido. Odio las despedidas, vale, muchos de los que se van son profesores, pero queramos o no , pasamos muchas horas junto a ellos, hay algunos que nos caen bien otros no tanto, y muchos de los que nos caen bien se van, a otros centros.
Llevo ya tres años de despedidas y aún no me he acostumbrado, supongo que con un poco de esperanza, y pensamientos positivos todo pasará, pero hasta que pase se me irán escapando lagrimillas...

4 comentarios:

RiCharPe dijo...

Preciosa la historia, ;), yo ya llevo cinco años y tampoco me he acostumbrado a las despedidas, ni creo que lo haga. Nos vemos y nos leemos. Besos

Иú®iĂ dijo...

que bonito!

creo que nadie se acostumbrará nadie a las despedidos, proque son tan duras....es imposible acostumbrarse creo! o no?

Miguel dijo...

Preciosa la historia que cuentas, Esther. El color puede vencer a la soledad.Tu emotividad provoca esas lagrimillas y esos pequeños desesperos, pero te proporciona felicidad a raudales...

Unknown dijo...

Durant 10 anys, Odiseo va estar combatint als peus dels poderosos murs de Ilión. Quan les batalles acabaren, fou el moment de tornar. Ell volia tornar a veure les hermoses terres d'Itaca, a la seua Penèlope, al seu fill Telèmaco. En el moment de la partida mirà enrere i plorà en les arenes de Ilión. 10 anys de lluites, de sofriments, però també d'alegries i de bons amics. Quan pujà al seu vaixell ja no mirà al que deixava, perquè sempre portarà al seu cor els bons moments que passà. I sobre tot, mai no oblidarà a les bones persones que conegué. Tota persona que coneixem ens deixa una impronta en la nostra ànima que no podem borrar. Recorda les alegries i els millors moments d'eixa persona i voràs com mai l'oblides. I recorda, Ìtaca pot parèixer molt llunyana, però...a tú els deus et son favorables i no ets Odiseo, estàs molt aprop de tots els teus amics, encara que parega que se'ns van molt lluny!!!! i no estigues trista!!!! hi ha moments per a tot, però m'agradaria que l'ultim dia de classe no fora de melancolia!!

 
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