sábado, 28 de noviembre de 2009

En cada esquina -II


Después de aquel día he de admitir que a mi falsedad se le sumó un terrible temor a la realidad, mi realidad, que feroz aguardaba tras cada suceso, tras cada esquina.

A pesar de ello, yo seguía con mi rutinaria vida, aunque admitiré que simular ser una humana despojada de la palabra sentir se convertía día a día en una batalla campal.

Recuerdo con especial curiosidad una tarde de playa. Del mar brotaban mil historias que se dedicaban a flirtear con la arena, pero yo me dedicaba a vociferar tonterías y a colapsar con mis gritos los penetrantes sonidos de la inmensidad.
¡Qué ilusa para no sentir!, y es que después del ruido, llega el silencio, el vacío , la soledad... Pero no tan sólo eso, a mí me llegó también el sonido del mar,nítido: Humano.

Sólo has de acercarte -susurraba-, te liberaré, pero ven , te lo suplico.

Y como en casi todas las ocasiones turbias que se me planteaban, huí. Corrí despavorida hacia el único océano que era capaz de soportar, las sábanas.
Pero las sábanas me demostraron que nadie es capaz de escapar de la ilusión y es que caí en ella de nuevo .

Al meterme en la cama noté un resplandor verdoso debajo de ella y dejándome llevar por él, me absorbió y lo vi. Vi de nuevo la magia: hadas revoloteando a mi alrededor, estrellas coristas de la Luna... Pero fui cobarde y abrí los ojos con decisión, lo mejor fue que en aquel momento me creí la más valiente de las personas del mundo.

Ahora soy consciente de algo: Nosotros nos rendimos pero la magia no.


2 comentarios:

Apple dijo...

me gustó! (:

y me gusto "nosotros nos rendimos, pero la magia no"... tiene mucho de razón!!

ya quiero leer la continuacion!!!!


saludos (:

Anónimo dijo...

...No sentir... A veces no estaría mal... Pero todos tenemos corazón, es el precio que hay que pagar por existir...

 
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