sábado, 27 de febrero de 2010

El conillet, jo llegia...

El silencio no me deja dormir...,
las mariposas entonan cantos fríos,
la hipocresia es ahora el cariño.

Bajo las percepciones pigmentadas,
bajo los colmillos de gigantes,
algún gesto, alguna señal...,
débiles.

Los relojes vitales se derivan,
hacia el egoismo,
el tic-tac es una llamada persistente:
-¡Descompasados al compás!


¿Qué fue del conejo blanco, campeón mundial en baldosas amarillas?

5 comentarios:

Apple dijo...

que fue de el?... murió; al darse por vencido!

aveces creo que el silencio... puede llegar a ser muy ruidoso!!...
aveces el silencio acompañado de la ignorancia "duele mas"...
nose nose!!

solo se! que me encanta como escribes queridita!

un abrazo gigante! (:

Miguel dijo...

Hay cosas, querida Esther, que, simplemente, no se saben. Se ignoran. Forman parte de este conjunto de misterios arcanos que alientan nuestras vidas. El conejo, ese conejo blanco, es uno de esos misterios...

Un abrazo.

Daniel Marcos dijo...

Creo que el conejo blanco fue a rescatar a Caperucita Roja del Castillo de la Bella Durmiente.

Patri Hache dijo...

Me encanta... =)

Daniel Marcos dijo...

Esther, ¿dónde estás?

Este mundo no es lo mismo sin la belleza de tus ojos y tus palabras.

 
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