El día del hada . · *

Recuerdo cuando apenas teníamos diez años, aquel día cuando fuimos de paseo por el bosque, lo recuerdo como si fuera hoy, sobretodo nuestra conversación, que predestinó muchísimas cosas.

-¡Mira, mira!

-¿Qué…?

- Es un hada, ¡no lo ves!, mira que bonita

-No es un hada, que tonta que eres a veces

-¡Es un hada, y este árbol es su casa!

-Jajaja, ¡estás tonta!

-No, ¡eso era un hada!

-Vamos déjalo.

Llegué a casa y pasé la noche llorando lo recuerdo perfectamente, la mirada que me lanzaste aquella tarde, tus palabras, hirieron a mi corazón, pero no mataron a mi opinión, era un hada, lo sigo creyendo, por mucho que la gente diga que no existen, yo la vi, y las veo a menudo cuando pasó de vez en cuando por allí.

En fin, ambas sabemos que desde aquel día nada volvió a ser igual, tú tan aferrada a lo que todos llamaban realidad, y yo mientras en la mía…

Aún guardo otro recuerdo que nos separó, y hizo que se cumplierá lo profecía de la flor que creció “el día del hada”.

Recuerdo aquella primavera, aquel 8 de Abril en el que después de otra conversación, dijiste que te mudabas.

-Mira que hermoso el amor entre la flor y la mariposa…

-Tú siempre con tus bobadas.

-Te has fijado lo hermoso que sería ser mariposa, dicen que por al noches son capaces de revolotear por los sueños de los niños.

-¿Sabes qué?, me marchó, nos mudamos, nos vamos de este lugar, cuando seas capaz de dejar a un lado la imaginación escríbeme…

Me miraste y te fuiste, sé que lloraste, yo también lo hice, el tiempo pasó, después de tantos años, hace apenas unas semanas, mientras yo invertía mis horas libres como cuenta cuentos, te vi, ambas nos reconocimos, tomamos un café y hablamos, tú tenías tu carrera tu trabajo, al igual que yo, parecía que todo te iba bien, hasta que vi que una lágrima nacía de tus ojos mientras me decías:

-Yo también la vi.

Después de esto te marchaste, una vez, más. Hoy te escribo diciéndote que sé que la viste, nunca lo dudé, éramos amigas ¿recuerdas?